«El patrimonio genera resistencia a la homogeneización»
Egresó de un colegio industrial, pero decidió formarse como humanista. La formación de Gonzalo Aravena, Licenciado en Historia de la Universidad de Chile y actual director del Museo de Sitio Castillo de Niebla, involucró no sólo libros, análisis y lecturas, sino también amigos y tardes de camaradería en el Campus Juan Gomez Millas. “Tuve la suerte de pertenecer a una generación donde además de estudiar, lo pasábamos muy bien. Hicimos muchos proyectos y nos vinculamos bastante. Recuerdo muchas anécdotas de risa y compartir. Para mí, pensar en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile es pensar en días alegres”, relata el historiador.
Una vez titulado, Aravena continuó su formación como historiador realizando un magíster y el consiguiente doctorado en España. Allí investigó sobre el proceso de incorporación de Chiloé en la República de Chile. Su pregunta de investigación–¿Cómo fue el proceso de tránsito entre el periodo monárquico y el republicano de los habitantes de Chiloé?- quedó plasmado en un libro titulado “Chiloé 1826: el proceso de incorporación de Chiloé a la República de Chile”.
“Chiloé y Valdivia son lugares destacados de nuestro territorio nacional porque su patrimonio tiene relación con un pasado donde hubo inversión pública por parte de la corona española. Construir castillos es carísimo y los castillos de Chiloé y Valdivia hasta el día de hoy son signos identitarios de la población local. Se asocian a un pasado donde hubo mayor preocupación por parte de la monarquía”, explica.
Y agrega: “El Castillo de Niebla y las fortificaciones de la bahía de Corral tienen que ver con un relato que explica por qué los habitantes de Valdivia y de Chiloé no se adhirieron inmediatamente al proceso de independencia de Chile. La presencia de la monarquía en estos dos lugares fue a través de conexiones familiares y comerciales”.
La investigación historiográfica de Aravena, tiene que ver también con su actual trabajo en el Museo de Sitio Castillo de Niebla. “El museo, es único en tanto los visitantes pueden entender en el mismo lugar y a través de su recorrido, el proceso de fortificación de la Bahía de Corral, la toma de Valdivia, y lo que significó eso para Chile como país. Es decir qué significó incorporar este territorio austral a la naciente república”, explica.
“Ser” Universidad
Sobre su paso por la Universidad de Chile, el director del Museo de Niebla, tiene memorias muy específicas y vívidas. “Recuerdo con cariño mi primer día de clases de la universidad”, relata Aravena. “Ese día tuve el privilegio de tener clases con don Jaime Moreno, fallecido académico de la Universidad de Chile quien nos enseñó que a la universidad no solo se iba a estudiar, sino que a ‘ser universidad’, cuestión que implica involucrarse en los temas país”, explica.
Para Aravena, trabajar en el servicio público implica un compromiso que trata de plasmar en su trabajo en el museo. “Nuestro trabajo en el museo tiene que tener un sentido para la comunidad. Si a la comunidad no lo representa el museo, no sirve. En un país que sufre de tanto centralismo cuando tu trabajas desde regiones hay que fortalecer los temas de identidad. Me parece que es una forma de hacer frente al centralismo. El patrimonio permite eso, permite generar resistencias a la homogeneización”.
Y sobre la Facultad de Filosofía y Humanidades que lo formó como historiador, tiene una visión muy particular. Dicha unidad académica, relata, «es como un mundo aparte, donde ahora viven el 2050. Todos los cuestionamientos, que nos atraviesan hoy como sociedad y que son temas nacionales, en la Facultad se estaban discutiendo y reflexionando hace como 20 años. Son académicos muy adelantados y visionarios”, finaliza.