Los afrodescendientes chilenos – personas que se reconocen como herederos de una cultura negra- viven principalmente en la región Arica y Parinacota, lugar desde donde se reúnen en organizaciones para ser reconocidos como cultura y ser parte de las estadísticas nacionales.
Por Marta Apablaza Riquelme
*Escrito para el Taller de Crónica de la Escuela de Periodismo 2012.
A la abuela de Guillermina Flores Corbacho la trajeron encadenada en un barco que llegó por equivocación a Arica. Era una esclava africana que fue vendida a un hombre de apellido Bravo. A ella y a los demás esclavos los llevaron al valle de Azapa a trabajar en la cosecha de algodón y caña. Esta historia, es parte de un libro que contiene la cultura e historias de vida de veintitrés ancianos afrodescendientes titulado “Lumbanga, memorias orales de la cultura afrochilena”, escrito por Cristian Báez.
Durante años las organizaciones de afrodescendientes de Arica se han organizado para demostrar la presencia de los herederos de la diáspora africana en Chile. El sábado 23 de junio, la ONG Oro Negro organizó un pasacalle con música y baile para celebrar San Juan, tradición propia del valle de Azapa. Otras organizaciones, como Lumbanga, llevan años gestionando la inclusión de la variable afrodescendiente dentro de la pregunta que corresponde a la identificación de etnias en el Censo 2012. Esta organización es coordinada por Cristian Báez y tiene por objetivo caracterizar y numerar a la población afrodescendiente en Chile.
Cristian explica que el término afrodescendiente es un concepto político: “Es reconocerse como heredero de esta diáspora africana que llegó a toda América”. Y agrega que este concepto no solo se determina por el color de piel de la persona, sino por su identificación voluntaria.
En Santiago, al frente del Instituto Nacional de Estadística (INE), ubicado en el silencioso y tranquilo paseo Bulnes, hay una muralla derruida. En esta pared reposa el dibujo de una mujer negra. Este dibujo resulta una curiosa ironía pues si se pregunta a la institución por números que revelen la presencia de afrodescendientes chilenos, el INE responde que no existen.
“Nosotros como Lumbanga luchamos por la inclusión. Esto quiere decir por aparecer en la estadística oficial”, dice Cristian Báez. Y y agrega: “Al estar en estadísticas oficiales se obliga, justifica y fundamenta el diseño de políticas públicas a favor dea grupos afrodescendientes como cualquier otro grupo étnico”.
Las comunidades afrodescendientes de Chile tienen historia de siglos sobre todo al norte del país. Antonio Leal, ex diputado PPD, quiene presentó un proyecto de ley que reconoce a los afrodescendientes como etnia, explica: “Hay una comunidad afrodescendiente en el norte de Chile muy antigua, algunos originarios de la época de la conquista española, que trajo africanos a nuestro territorio, otros corresponden a la guerra del Ppacífico y los últimos corresponden a comunidades que se han ido asentando en Chile, particularmente en Arica y e Iquique por razones de carácter climático”.
Antonio Leal no se queda ahí y afirma: “Nos encontramos frente a comunidades afrodescendientes chilenaos que tienen historia de siglos y sin embargo en nuestro país no tienen un reconocimiento hacia su cultura, hacia sus tradiciones, e incluso se enfrentan a una discriminación extremadamente compleja en temas de integración y oportunidades”.
Guillermina Flores pasó una infancia dura en el valle de Azapa, trabajó desde niña e iba a un colegio de negros: “No conocí los zapatos hasta que llegué a Arica”.
La ley que reconoce a los afrodescendientes se presentó en el congreso enl 2009 e ingresó a la comisión de derechos humanos de la cámara de diputados y sigue allí a la espera de su aprobación. Este proyecto significó para Chile una valoración positiva por parte de Naciones Unidas por legislar sobre una minoría. “Hay una implicancia social de este proyecto pues rescata a los chilenos afros y subraya su importancia e inclusión”, subraya asegura Leal.
Al no existir estadísticas oficiales del número de afrodescendientes resulta difícil estimar la cantidad y características de su población. Enl 2009 en Arica se realizó un censo afrochileno que arrojó una cantidad de entre catorce mil a quince mil afrodescendientes en Chile. Estos resultados no fueron considerados por el INE, quien rechazó la metodología de la encuesta.
El intento de integrar la variable afrodescendiente en la sección de etnias del Censo 2012 fracasó. El gobierno fundamentó su decisión en razones técnicas. : “El acto de no incluirnos en el censo nacional es un acto de racismo y discriminación”, afirma Cristian Báez. Para contrarrestar esta exclusión, los afrodescendientes de Arica organizaron una campaña para incluirse en la sección “otros” de reconocimiento de etnias. El Censo 2012 pregunta a cada persona: ¿se considera perteneciente a algún pueblo indígena originario? Si la respuesta es afirmativa, el censista pregunta ¿A cuál pertenece? Un afrodescendiente debería responder “otro”, y especificar su origen.
Lumbanga instó a los afrodescendientes a especificar su identidad en el instrumento censal. “Esperamos que por lo menos mil personas salgan reconocidas como afrochilenos en el censo”, afirma Cristian Báez.
En octubre del año pasado el gobierno anunció un estudio piloto de afrodescendientes en donde se encuestará desde cinco mil a seis mil familias en el segundo semestre del 2012. “Los resultados serán vinculantes al censo y van a permitir generar política pública”, cuenta Cristian Báez.
Los resultados del Censo 2012 serán un hito fundamental en la comunidad de afrodescendientes pues será la oportunidad de aparecer en las estadísticas oficiales y visibilizar su existencia.
De esta manera historias de vida como las de Guillermina dejaran de ser anécdotas. Ella se siente orgullosa de ser afrodescendiente: “ Tengo orgullo en decir de que soy de raza negra, raza noble que hemos luchado por sobrevivir”.