Capricornio es la sólida y antigua cordillera de los Andes que mira el Océano Pacifico de frente y sin miedo. Es el árbol antiguo que realizó un enorme esfuerzo para erigirse alto y fuerte en medio del bosque. Es la tierna pero determinada cabrita que sube y sube la montaña para beber del agua de la vertiente.
El viaje de la persona con Ascendente Capricornio se trata de incorporar energía paterna, es decir, desarrollar responsabilidad consigo misma y con los demás. Pero por sobre todo, la persona con Ascendente en Capricornio tiene que aprender a regular su energía, escribir su propia ley y regir su vida bajo sus propias reglas.
¿Cómo voy a subir esa montaña? ¿Cuál es mi siguiente paso? Son decisiones que Capricornio tiene que asumir con responsabilidad de sus partes más emocionales y blandas. Es importante recordar que “Responsabilidad” no es lo mismo que “deber ser”. Eso significa que Capricornio tiene que utilizar la soledad, el tiempo la distancia, los límites para dar espacio y lugar a todas las energías que lo habitan y así poder construir una estructura interior para poder recibir el flujo de la vida y beber de esa dulce agua de la vertiente.
Crecer como un hermoso árbol toma tiempo, años, quizás varias vidas, pero llega un momento en que nos transformamos en una hermosa Araucaria que los demás admiran y quieren por poder cuidar de sí mismo y los otros.