Sagitario es el cóndor de la Cordillera de lo Andes que emprende vuelo y planea tranquilo desde las alturas. Son los briosos caballos salvajes corriendo por el valle. Es el atardecer naranjo y tibio que provoca nostalgia. Es abrir las alas y confiar en el viaje de la vida.
Uno de los aprendizajes de las personas con Ascendente Sagitario es conectar con la confianza y abundancia de la vida. ¿Cómo volar sin miedo a caer? ¿Cómo puedo dar rienda suelta a mi pasión sin resultar dañado? ¿Cómo puedo fundirme con ese atardecer de la playa sin ahogarme en las inmensas aguas del océano? La naturaleza nos muestra que todo esto es posible con un poco de confianza. Sin embargo, para no caer en un idealismo ingenuo, la persona con Ascendente Sagitario tiene que aprender -primero- a conectar con el dolor, la alta intensidad y el conflicto para comprender que no es posible el día sin la noche, el amor sin dolor, ganar sin perder algo. De esa manera, las personas con Ascendente en Sagitario se transforman en verdaderos maestros y guías que tienen muy claro, que la confianza y el optimismo no emanan de nuestra mente sino de una conexión profunda con nuestras entrañas.
Hojas de Parra 