En esta carta del «Tarot Mítico» vemos a Orestes – el protagonista de este palo- en un barco, viajando por el Mar Mediterráneo. La imagen denota una actitud segura, con convicciones de sus decisiones, con la mente clara y la frente en alto. Aceptando su destino.
Las espadas en el Tarot hablan sobre el mundo del pensamiento, la mente, lo lógico y racional. En el Tarot de Marsella esta carta tiene que ver con la actitud de ensimismarse para reflexionar una idea. Personalmente pienso que esta carta nos habla de aceptar la luz y sombra de nuestras facultades racionales. Un día podemos estar muy tranquilos y claros y al otro día dudosos y con nuestros pensamientos y preguntas amenazando nuestra paz mental.
A propósito la terapeuta Nedra Tawwab escribió en su newsletter de esta semana: «Tener preguntas, dudas o sentimientos encontrados puede ser inquietante cuando sentimos que se supone que debemos «tener todo descifrado», pero tener cuestionamientos y preguntas puede ser saludable. Es una señal de que no somos complacientes y muestra que tenemos capacidad de introspección. No es malo preguntarse a dónde te pueden llevar diferentes opciones, emociones y sentimientos. No tenemos que ser claros siempre y estar seguros de cada cosa».
Traigo esta reflexión a propósito de los cuatro planetas en Piscis (Sol, Mercurio, Júpiter y Neptuno) y Venus, Marte y Saturno en Acuario que nos hacen sentir como que vamos en un barco pero sin saber hacia dónde y quizás apelamos a nuestra mente para tener certezas, pero como les compartí la semana pasada, existen veces en que no tenemos que tener todo claro desde la mente. Quizás es mejor aceptar la dualidad de nuestras facultades racionales, la duda, las pocas certezas y ver hacia dónde llevan estas aguas piscianas. Quizás lo único que debemos llevar en nuestro equipaje es Fe en que la vida nos llevará a dónde tenemos que llegar y una mente neutra, que analiza y comprende pero no juzga ni se va en contra de nosotros mismos.
La fe -después de todo- emerge desde una mente tranquila y en paz con su dualidad.
Hojas de Parra 